jueves, 30 de agosto de 2012

La ignorancia de los otros, que somos nosotros

Estoy incluida en muchos grupos de mails. Muchos. Algunos los leo más y otros a veces. Pero hay temas que me dan curiosidad. O personas que me generan algún respeto, si es que lo tengo por alguien.
Me sorprende cómo las personas (no "la gente") tienen esa facilidad de cometer falacias y tomar decisiones en función a ellas.
Amo las falacias. Odiaba las clases de lógica hasta que me enseñaron las falacias. Esa apariencia de lógica profunda que nos lleva a pensar cosas completamente idiotas.
Lo que me gusta de las falacias es su obviedad cuando unx descubre el razonamiento errado.
Hoy en el grupo de mails en mi correo se ejercitaron falacias. Casi como riéndose de quienes las leíamos.
Obvio, los grupos de mails han tomado la moda de "los jóvenes". Es una de las cosas que odio de estos mails, se prenden a todas las modas.
Y el tema es que "los jóvenes" estudiantes que están por terminar una carrera universitaria "no saben nada". ¿Cómo puede ser? ¿De quién será la culpa?
Indignación se leía en cada uno de los correos que llegaba a mi casilla. Desesperación.
Sólo faltaba "la juventud está perdida" o, al menos, los de esta carrera (que por respeto a sus estudiantes he resuelto no mencionar).
Y para colmo de males, se lamenta la situación de los docentes de esa carrera, que deben ser muy malos para que esos jóvenes aprendan tan poco.

Lo digo: esas afirmaciones sólo pueden ser el producto del mismo nivel de ignorancia. Es una falacia formal, que todas estas personas no aprendieron en el colegio o la universidad. Como estos "jóvenes" que no han aprendido cosas que a unx le parecen fundamentales.

Falacia de afirmación del consecuente: 
Si A entonces B
Si sabe este tema (uno que ni siquiera corresponde a su currícula), es una persona bien formada.

La falacia de afirmación del consecuente dice:
Si B entonces A
Si es una persona bien formada, sabe este tema.

Esta misma lógica diría cosas idiotas como esta:
Si llueve, me mojo.
Me mojo, entonces llueve.
(No, me metí a la pileta!)



Al fin que dejemos de mirar la ignorancia de lxs otrxs para sorprendernos e intentar ponernos a la vanguardia de la iluminación de sus mentes y empecemos por la propia, sin vanguardia, sin luces y un poquito de autocrítica.
Se apagó.


miércoles, 8 de agosto de 2012

El Flaco y eso de las generaciones

Hoy hace seis meses que falleció El Flaco Spinetta.
Lo primero que hice fue poner Durazno sangrando y dejar que un poquito me alcance la tristeza.
Hay canciones o música que hace que viajes en el tiempo... a mí me pasa eso con la música del Flaco.
Es que las dos primeras canciones que aprendí en la guitarra, cuando tenía 14, eran del Flaco: Seminare y Amor de Primavera.
Después, con el tiempo, fui entendiendo lo que es su generación, lo que significa su música, su compromiso.
La última vez que lo vi fue en La otra final que organizó el IEM en River, ahí cerquita lo tuve, entré por prensa.

Leía que el Flaco es uno de los padres del rock nacional argentino. Y sí, pero pienso que también lo es de una generación, junto con otros, claro. Una generación que intentó masacrar la dictadura cívico militar.
A veces creo que me hubiera gustado haber tenido un poco de esa generación, pero nací después y me tocó ser de la otra, esa generación odiada por muchxs que hoy, de repente, descubren como "la juventud comprometida", como si fuera producto de un repollo.

Hace seis meses estaba en Belén, Palestina. Es difícil tener un dolor y no poder compartirlo, no lo conocen al Flaco por esos lados, ni a su música. Pero hay algo que sí conocen, eso del compromiso con lo que unx cree y quiere. Eso de darle toda la vida para adelante sin olvidar quiénes somos. Seis meses más tarde en casa pongo música otra vez y vuelve a mi memoria la imagen del Flaco con la guitarra en River esa tarde.

El Flaco pidió que sus cenizas fueran arrojadas al Río de La Plata al lado del Parque de la Memoria, homenaje a las víctimas del terrorismo de Estado en Argentina.