martes, 12 de septiembre de 2023

Ojalá no tuviéramos nada

 "¡Ojalá no tuviéramos nada!" me dice con esa mezcla de enojo, tristeza e ironía.

No es que sea la riqueza económica la que la rodea, ni que le sobre la comida ni las propiedades. Es la conclusión a la que llega irónicamente cuando me intenta explicar de alguna manera el conflicto y la violencia que atraviesa desde hace décadas a la región del Magdalena Medio en Colombia. 

Es que sino tuvieran petróleo, oro, tierras fértiles, agua dulce... quizás no querrían tanto ese lugar ni los paracos ni la guerrilla ni los grandes empresarios, quién sabe, quizás. 

Ella es una defensora de derechos humanos, han sido continuas las amenazas sufridas, un par de veces rumorearon que la habían matado en el pueblo. Esas amenazas instalan también el miedo en la comunidad. También la realidad es clara: en el primer semestre de 2023 al menos 77 defensores de derechos humanos y líderes sociales fueron asesinadxs en Colombia

El mes pasado tuve la oportunidad de conocer y acompañar a las comunidades de la región del Magdalena Medio, como parte de la Comisión Directiva de ECAP. Conocer un poquito del trabajo cotidiano y silencioso de quienes luchan por un mundo mejor. 

La Organización Femenina Popular tiene una presencia y un trabajo fundamentales en los territorios. La ironía en la boca de estas mujeres es sinónimo de resistencia. Porque ellas juntas llevan adelante tareas titánicas, a pesar de los asesinatos y las amenazas. Aunque la única salida que el Estado parece poder brindarles hoy sean autos blindados y escoltas armadas para protegerlas. Aunque las reparaciones lleguen un día pero las vidas ya se hayan perdido. Ellas dicen "es mejor ser con miedo que dejar de ser por miedo". 

"Sin la memoria la verdad es mentira, la justicia ventaja impune, la reparación solo migajas." 



martes, 2 de junio de 2020

No recuerdo si era la tele, Palestina, Chaco, Chile o acá a la vuelta

Ves la rodilla del cana en el cuello del negro que dice que no puede respirar y no es la primera vez que estás frente a esa imagen.
Ves la policía que avanza contra los manifestantes, reprimiendo, disparando y no es la primera vez que podés sentir el olor a gas pimienta.
Ves los golpes, las corridas, los gritos y los llantos y no es la primera vez que sos testigo de eso.
Pero lo peor de todo, es que estás convencida que no será la última.

miércoles, 22 de enero de 2020

Everybody knows the rules

"Todxs conocemos las reglas" le dice el enojado presidente francés Macron, a un soldado israelí que lo escolta incluso dentro de la iglesia Santa Ana que pertenece al gobierno francés.

Un soldado que escolta un presidente probablemente conozca las reglas pero también conoce las reglas que el Estado de Israel le ha enseñado: la ley del más fuerte, la ley de los facts on the ground.

La regla de la anexión de los territorios como Jerusalén Este -ese mismo lugar que todos los medios llaman Israel olvidando que es una flagrante violación al derecho internacional1- o como los Altos del Golán de Siria o las propuesta de los candidatos en las próximas elecciones israelíes para anexar el Valle del Jordán de Palestina.

El soldado conoce las reglas de la ocupación, donde las vidas de lxs israelíes (y no todas por igual) valen más que las de lxs palestinxs. Conoce perfectamente que generará reacciones y enojos pero sabe que la ocupación se impone por la fuerza, no por la diplomacia, ni la política de los acuerdos de paz. Su mismo Estado le ha enseñado esta lección toda su vida.

La regla es sencilla y es que al Estado de Israel poco le importan las condenas internacionales de Naciones Unidas, no retrocede un centímetro de muro por la condena de la Corte Internacional de Justicia2, tampoco se sonroja cuando bloquea cada día la Franja de Gaza con sus dos millones de personas encerradas en un lugar declarado "inhabitable" para este año3. Poco parecen afectarles las demoliciones de casas4, los checkpoints5, lxs 5000 presxs politicxs palestinxs en sus cárceles6, lxs miles de asesinatos7, los bombardeos, las colonias8, los cotidianos ingresos a Al Aksa9, entre tantos otros cotidianos hechos.

Porque al final ahí están: presidentes de países importantes y otros, que adulan su compromiso contra el racismo, el antisemitismo y conmemoran el Holocausto. Ahí, en territorio anexado en flagrante violación de los derechos humanos.

Es que el soldado, en realidad, conoce las reglas mejor de lo que Macron piensa.


1Resolución 478 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas adoptada el 20 de agosto de 1980, da cuenta de la violación al derecho internacional del Estado de Israel.
2Opinión Consultiva de la Corte Internacionalde Justicia sobre las consecuencias jurídicasde la construcción de un muro en el territorio palestino ocupado https://www.icj-cij.org/files/advisory-opinions/advisory-opinions-2004-es.pdf
3Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (CNUCYD)

miércoles, 13 de febrero de 2019

Inés

La miraba atenta, intentaba entender cada uno de sus gestos y comentarios: siempre directos pero dulces.
Cuando algo no le parecía bien, lo decía. Con argumentos defendía siempre sus opiniones.
Hacía uno o dos años que había empezado a militar en APDH y ella me propuso que trabajara en su casa, contestando correos que los recibía de a cientos por día. Así fui conociendo a cada unx de lxs compañerxs que se iban integrando a una organización que se federalizaba de la mano de cada uno de los llamados telefónicos que ella hacía, de los viajes y de los correos que ella me dictaba.
Se tomaba el tiempo para cada unx. Si alguien escribía un correo general, ella contestaba con argumentos, opiniones, y delicadeza cuando tocaba decir algo crítico.
Dos cosas muy personales me enseñó Inés, que el amor no tiene edad y que los "saludos cordiales" o "atentos" no son de compañerxs sino los "cariños" y "abrazos".
Algo de ser compañerxs comparte esa "ñ" del cariño, que hay que mantener vivo, o de esa "r" del amor que hay entre quienes nos acompañamos en la lucha, con nuestras cosas buenas y malas. Nuestros errores y aciertos.
Aprendí con Inés que lo cordial no quita lo valiente.
Una lectora detallista, gran escritora de informes internos que construyen la historia de la APDH, nunca escatimó reconocimientos a lxs demás, esos que ella tanto se merece. 
No hacía alarde de sus títulos, ni de su basta experiencia, ni de su compromiso. Hablaba de cuestiones académicas con una estudiante recién iniciada con la misma seriedad y profundidad con que lo hacía con lxs más destacadxs académicxs. Su lectura marxista de la realidad estaba en todo. Era coherente.
Te extrañaremos querida Inés.

https://www.pagina12.com.ar/174460-ines-izaguirre-una-sabia

viernes, 5 de enero de 2018

15 años del Centro Cultural de la Cooperación o de los desafíos en 4 minutos

Comparto el borrador de mi breve intervención el pasado 22 de noviembre de 2017 en el marco de los 15 años del Centro Cultural de la Cooperación “Floreal Gorini” donde fui invitada a compartir unas palabras en torno a la batalla cultural desde la perspectiva de los derechos humanos.
¡Cuatro minutos máximo!
El resultado fue algo así:

Hoy a la mañana salí de una reunión un poco apurada por todas las cosas que tenía para hacer. Estuvimos planificando un taller de la comisión de asociados y acababa de darme cuenta que se me superponían dos actividades la semana próxima.
Necesitaba confirmar la fecha de un viaje la semana próxima, que también se superponía, y el celular nunca para de sonar. Una situación de estrés propia de esta época del año. Entonces yo venía preocupada, concentrada, a las corridas. ¡Y además pensando en qué iba a decir ahora!
4 minutos para hablar de 3 desafíos de la batalla cultural desde la perspectiva de los derechos humanos me daba a razón de 1 minuto 20 segundo por desafío. ¡Así es la instantaneidad de nuestros tiempos!
Pensaba hablar de los desafíos de los derechos humanos, citar algunos artículos de la declaración universal...
Y los nervios de saber quiénes me acompañarían acá. ¡y cuánta responsabilidad!

Venía pensando todo esto cuando entro al edificio, donde está la oficina de la APDH, y en el zaguán me encuentro con Mónica, una vecina que es siempre amorosa -esa es la palabra que la define-, la verdad es que no sé mucho de ella, debe tener unos 50 y largos. Estaba cuidando unas cosas de oficina en el zaguán.
Entonces como si nada, como esas conversaciones de ascensor, la saludo y le pregunto:
“¿Se están por mudar?”
Ahí su cara se transforma y con las lágrimas en los ojos me dice que no, que la sociedad en la que trabaja cerró, que se queda sin trabajo, que no sabe qué va a hacer, que justo en esta época del año, que con su edad no sabe si va a conseguir algo, que hace más de 20 años que trabajaba con ellos.
Y se larga a llorar y no sé qué decirle. ¿Qué le voy a decir?

Y a ella no le puedo decir más que mi deseo: que ya va a conseguir algo. La abrazo y sigo para la oficina.
Entonces pienso que están ahí, adelante mío, los desafíos de la batalla cultural en los que vengo pensando.

Es la batalla cultural para que el sentido común no sea la meritocracia sino el respeto a los derechos, para que el sentido común sea la empatía, la solidaridad y el que siga reclamando por memoria, verdad y justicia.

Esto quería compartir, por lo demás salió la nota en Página/12




jueves, 27 de julio de 2017

Una mañana un poquito más justa

Y un día la justicia le llegó a la justicia.
Y quienes se creyeron impunes y todo poderosos tuvieron su juicio y su condena.
Contó Pablo Salinas, uno de los abogados querellantes del IV juicio de lesa humanidad en Mendoza que, cuando presentaron la denuncia, uno de los acusados lo llamó para reirse de la denuncia y decirle que se dejaran de hacer pelotudeces. Así nomás. Que esa denuncia no iba a llegar a nada porque él era juez en el año 2010. 
En la noche luego de la sentencia, Pablo recuerda el episodio.
Siempre pensó y luchó porque nunca creyó que eran pelotudeces, porque la única lucha que se pierde es la que se abandona. Y no abandonó.
El tribunal falló culpable y le dio prisión perpetua al que lo había llamado, por ser cómplice de crímenes de lesa humanidad en el marco de un genocidio.
Hoy es una mañana un poquito más justa. 

El día que la Justicia recibió la condena, Página/12, 27 de julio de 2017.


sábado, 8 de abril de 2017

#VivasNosQueremos #NiUnaMenos

Suena como eslogan que se repite en las redes,
como hashtag que se hace trending topic,
como bronca que te atraganta,
como tristeza que brilla en tus ojos.

¿Podrá el capitalismo aprovechar este eslogan?
¿Podrá el patriarcado lavar sus culpas retwitteando?
Muestra la crueldad, sus garras,
que te tocan cuando no querés,
que te hieren, que te violan,
que te matan.

¿Podremos ser semilla de su propia destrucción?
Ser semilla no de lo que nos imponen, de lo que queremos germinar.

Se atraganta un grito en la garganta.
Se hacen lluvia las lágrimas.
No es un eslogan de campaña, ni un trending topic,
es que nos matan, nos asesinan.